19 de septiembre de 2009

Red de Confianza

He decidido volver a ejercer mi derecho al pataleo.  Me había alejado del blog por varias razones: estaba un poco cansado de la monotemática política Colombiana, de ser tildado de mamerto, guerrillero y/o comunista en algunos (muchos) círculos simplemente por no estar de acuerdo con las posturas del gobierno;  además estábamos en verano y había que aprovechar los pocos ratos de sol, disfrutando de lo que Londres tiene por ofrecer.  No había dedicado tiempo a escribir un texto decente, aunque seguía compartiendo reflexiones cortas a través de mi perfil en facebook, twitter y tumblr (una dinámica interesante, los invito a vernos allí también). 


Hace un par de semanas decidí intentar escribir de nuevo pero cada vez que empiezo caigo en la misma retahíla de siempre.  Reelección, corrupción, polarización...Alvaro Uribe.  La política colombiana hoy por hoy (y desde hace algunos años) gira en torno al estado de ánimo del presidente y poco más.  


Me interesa romper este círculo vicioso.  Quiero proyectos, ideas, argumentos. Es necesario mirar hacia el futuro.  No más polarización, no más discusiones apasionadas sin  objetivos ni fondo.  El país, que es mucho más grande que una sola persona, necesita dar un paso adelante.  El país necesita pensar en el país y en su gente,  en el desarrollo, en la educación...no sólo en lo que le conviene a su presidente, y a su séquito de ladrones.

Buscando salir de la vorágine mediática guerrerista e intentando ir un poco más allá, he decidido involucrarme con el proyecto político de los 3 ex-alcaldes de Bogotá (Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Lucho Garzón).   Hoy por hoy es lo más cercano que encuentro a mis ideales.  Se llama Red de Confianza Electoral y en la página web http://www.confianzaelectoral.com encontrarán ésta descripción: 

"La Red de Confianza Electoral fortalece la organización de personas en el territorio, aprovechando la tecnología para tejer vínculos locales y transformar la cultura política. Es una red de personas, como tú y como yo, que rechazamos el clientelismo y la corrupción."

Es un proyecto a futuro, ambicioso, que hasta ahora empieza y necesitará trabajo, tiempo y paciencia, pero creo que vale la pena.  Si bien aún no se ha terminado de consolidar, ofrece buenas perspectivas y está liderado por personas honestas y capaces.

Creo en Antanas porque me demostró que puede gobernar honestamente y cambiar la forma de pensar de la gente a punta de zanahoria y garrote, mimos en las calles y campañas educativas.  De Peñalosa admiro su capacidad de gestión y coincido con su visión de desarrollo. Juntos demostraron en Bogotá que para lograr una gestión política exitosa no hace falta venderle el alma al diablo, al Concejo de Bogotá o a Fabio Valencia Cossio.  

A Lucho Garzón no lo conozco mucho porque yo ya estaba fuera del país cuando fue alcalde pero me gustan las propuestas que planteaba en su columna de El Espectador.  No me siento tan cercano a él como a los otros dos, pero creo que si queremos fomentar una cultura de consensos y construir un país donde quepamos todos es importante tener y respetar este tipo de diferencias y hacer este tipo de acercamientos.  Suficiente hemos tenido con casi 8 años de caza de brujas. 

La red intenta acercar la toma de decisiones a las personas, descentralizando el proceso político, haciéndolo más transparente y fortaleciendo a los individuos, las regiones y las instituciones.  Me gusta la idea porque se aleja de la imagen del Mesías - aquel que es uno sólo y que va a "salvar el país de la hecatombe".  Parte de la premisa de que el futuro del país está en nuestras manos - lo construimos todos. Por lo tanto, la responsabilidad frente a los éxitos y los fracasos la asumimos también entre todos.  

Como todos somos políticamente responsables y hacemos parte activa del proceso, es necesario empezar por construir una sociedad donde podamos confiar en los demás. Una sociedad que base sus acciones en el respeto a la vida, la honestidad, el respeto a las leyes y  la responsabilidad ciudadana.  Una sociedad que procure mayores niveles de igualdad de oportunidades, una sociedad donde la (buena) educación sea el pilar del desarrollo.  Ese es el gran reto.


Tal vez suene muy lejano.  Un poco idealista para quien se encuentra cómodo en este ambiente polarizado, violento, donde quien no está conmigo está contra mí y en donde los únicos problemas a resolver son el cómo acabar a un grupo guerrillero en horas bajas y cómo protegernos de un vecino loco.  Sin embargo siento que es el mejor primer paso para salirnos de esta burbuja guerrerista en la que nos hemos metido estos últimos años y empezar a  entender que lo que pasa en el país no es responsabilidad de los demás, sino de nosotros mismos.  

No podemos seguir en la dinámica de elegir (o dejar elegir) hampones como nuestros representantes y esperar que se comporten de manera decente.  Luego apelar a la cotidiana queja de que "todos los políticos son iguales, ladrones y corruptos" o "por gente como esa es que el país está como está".   El país está como está porque nosotros lo hemos construido así  - o por lo menos hemos permitido que se construya así.  

Seguimos creyendo que "el vivo vive del bobo", seguimos votando por políticos ladrones y corruptos, con una u otra justificación.   Hemos visto cómo destrozan el país, se roban nuestros recursos y juegan con nuestras leyes a su antojo y nos hemos quedado callados o, lo que es peor, los hemos apoyado porque nos han regalado un tamal o nos han dicho que gracias a ellos ya podemos viajar por carretera.  

Vivimos en la cultura de la trampa y de la hipocresía, el silencio, la indiferencia (y en los últimos años  la paranoia y el miedo).  Asintiendo, aparentando y callando nos hemos hecho cómplices y esta complicidad es la que nos tiene donde estamos hoy.  El video a continuación es una radiografía clarísima de lo que nos pasa.  Espero que lo disfruten y se rían al verlo, y después se tomen un tiempo pequeño para avegonzarse por haber sido cómplices de todo esto.  Yo ya lo hice, y la autocrítica sienta muy bien, especialmente cuando viene mezclada con un poco de humor.







Para cambiar esta dinámica en la que nos encontramos debemos empezar por asumir nuestra responsabilidad personal y mejorar lo que  nos es inmediato. 


Tal vez el mundo no lo podamos cambiar de un plumazo, pero en nuestro entorno más directo sí que podemos influir. No evadir impuestos, no sobornar al policía, denunciar, vigilar que no se roben la plata, respetar la cebra, cruzar por el puente peatonal... actuar como ciudadanos decentes, hacer lo que consideramos éticamente "correcto" y hacerle saber a quien no lo hace que no estamos de acuerdo con su manera de romper las reglas (esto incluye, lógicamente, a los gobernantes).


Los invito a que nos vinculemos a la red, discutamos proyectos e iniciativas, hagamos aportes, asumamos una posición activa.  No dejemos nuestro futuro en las manos de alguien más.  Si lo seguimos haciendo terminaremos como siempre, quejándonos al mono de la pila.  



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